El pésimo negocio del Barcelona con Griezmann
El Barcelona puso el punto y final a otra de sus nefastas operaciones de los últimos años. La de Antoine Griezmann por la que el Barça desembolsó 120 millones de euros en 2019, 15 millones más poco después por el lío sobre su cláusula, que anteriormente era de 200 millones de euros. El francés no cuajó en el Camp Nou, siempre en disputa con su relación con Leo Messi, y sin ser ese jugador diferencial que mostró como colchonero. Tres años después vuelve al club colchonero por 20 millones de euros y cuatro más en variables.
Antoine Griezmann ha firmado hasta 2026 con el Atlético de Madrid este lunes tras el acuerdo alcanzado con el Barcelona. La situación del galo era compleja, jugando durante toda esta campaña apenas 30 minutos en casi todos los partidos debido a la cláusula que no quería hacer activa el club rojiblanco, por la que tendría que haber pagado 40 millones a los culés, prácticamente el doble de lo que realmente iba pagar. Además, la operación es más redonda si cabe ya que el futbolista se volverá a bajar el sueldo una vez más –ya lo hizo cuando llegó cedido– y firma hasta 2026, por cuatro temporadas contando la presente.
Los 135 millones de euros que le costó al Barcelona el fichaje de Antoine Griezmann y ahora sale por sólo 20 millones y la opción de ingresar otros cuatro millones. El Barça tira a la basura 111 millones de euros con esta operación, sin contar el salario que le pagó durante las dos campañas que estuvo en su filas. En dos años como blaugrana, más el arranque de la 21/22, disputó 102 partidos en los que marcó 35 goles y asistió en 17 tantos. Sus números como colchonero son mucho más destacados: en el triple de partidos (304), acumula 144 goles y 59 asistencias demostrando que como colchonero siempre fue mucho más diferencial.
Es una operación redonda del Atlético de Madrid, que gana la batalla al Barça en este caso. Ingresó 135 en 2019, recuperó al jugador dos años más tarde y lo agarra ahora por 20 millones cuando tendrían que haber sido 40 de llegar a final de temporada. Joan Laporta cede ante la gestión de Gil Marín y Enrique Cerezo y el Atleti gana a un futbolista que es imprescindible para el Cholo Simeone y que actualmente es su gran estrella.
El Barça sí puede celebrar que consigue finalmente desprenderse de un jugador que no quería seguir en el club y que además contaba con un contrato inflado para la situación actual del club, que aún tenía por delante varios años como blaugrana. La presión colchonera, haciendo jugar tan sólo a Griezmann a partir del minuto 60, ha ido haciendo mella semana a semana en el seno culé, que ha cedido y ha aceptado ingresar una cuantía muy inferior al actual valor de mercado del francés, que según Transfermarkt se sitúa en 35 millones de euros.
Este no es el único negocio ruinoso del Barcelona en todos estos años. Sin ir más lejos el Barça se desprendió este verano de Philippe Coutinho, uno de los jugadores más caros de la historia del club, por el que pagaron 120 millones más otros 40 millones en variables que se desbloquearon en su mayoría. Por él recibieron este verano 20 millones de euros, lo que pagó el Aston Villa tras estar cedido media temporada con muy buenos registros.
La marcha de Leo Messi gratis tras media vida en el club y siendo uno de los jugadores más caros del mundo es otro lunar que está ahí. También la operación de Miralem Pjanic, por el que se pagó 60 millones pese a que estuviera de por medio un trueque con Arthur, también otros nombres a lo largo de los años como Malcom, André Gomes, Semedo o Arda Turan.